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Barreras y Acceso a Vacunación Covid-19 para Mujeres Rurales en El Salvador.

Oxfam en Centroamérica

23 nov 2022

El Salvador se ha destacado por su agilidad en el proceso de inmunización. Hasta octubre de 2022, el 68% de la población se había vacunado con ambas dosis. Sin embargo, la pandemia ha demostrado la necesidad de robustecer el sistema de salud para las poblaciones en situación de vulnerabilidad.

Usulután, 23 de noviembre de 2022. El Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (IMU), en alianza con Oxfam, presenta el estudio: Barreras y Acceso a Vacunación Covid-19 para Mujeres Rurales en El Salvador.


La pandemia COVID-19 no ha terminado. El Salvador se ha destacado por su agilidad en el proceso de inmunización. Hasta octubre de 2022, el 68% de la población se había vacunado con ambas dosis. Sin embargo, la pandemia ha demostrado la necesidad de robustecer el sistema de salud para las poblaciones en situación de vulnerabilidad. 


Las mujeres rurales, en particular, enfrentaron diversas barreras para acceder a la vacunación, entre ellas, económicas, tecnológicas, de distancia, de género y culturales.  


Por esta situación, IMU y Oxfam en El Salvador, con el financiamiento de Vacunas para la Gente, realizaron el Estudio de Caso “Barreras y Acceso a Vacunación Covid-19 para Mujeres Rurales en El Salvador”. 


El Estudio se focalizó en seis municipios del departamento de Usulután, al oriente del país: Jucuarán, Ereguayquín, Jiquilisco, California, Santiago de María y Nueva Granada, con el objetivo de conocer las experiencias y percepciones en el acceso a vacunación de mujeres rurales de estos territorios, así como para identificar las barreras en el acceso y las lecciones para mejorar los procesos de vacunación. El estudio incluyó una encuesta para la caracterización sociodemográfica, aplicada a 61 mujeres. 


Las barreras que se identificaron en el Estudio se dividen en tres momentos: 1. Detección del virus; 2. Tratamiento del virus; 3. Vacunación.


Barreras para la detección del virus: El poco acceso a pruebas para detectar el virus fue una de las barreras que enfrentaron las mujeres rurales, debido a la dificultad para obtener información oportuna sobre el sitio donde se ubicaría la cabina móvil en el día, el costo económico y la dificultad para movilizarse a la cabina, así como el alto costo de pagar una prueba en un laboratorio privado. Por tanto, existen factores que impiden tener certeza del número de contagios reales. 


El 30% de mujeres encuestadas en el Estudio "Barreras y Acceso a Vacunación COVID-19 para mujeres rurales en El Salvador", desarrollado por IMU y Oxfam, expresaron haberse contagiado de la COVID-19, pero el 80% de ellas no tuvo acceso a pruebas para detectar el contagio.


Barreras para el tratamiento de la COVID-19: De las mujeres encuestadas, 18 padecieron COVID-19. De ellas, únicamente tres recibieron el kit de medicamentos del MINSAL. De las 18 mujeres encuestadas, 17 compraron medicinas para combatir la enfermedad, incurriendo en gastos de hasta $200.00 dólares, cuando más del 90% de las mujeres no logran cubrir el costo de la canasta básica rural mensual. 


Cabe mencionar que el 91% de las encuestadas percibe entre $1 y $100 mensuales. Los bajos ingresos también evidencian que las mujeres no cuentan con la capacidad económica para cubrir otras necesidades como la salud, y que en situaciones de crisis como la pandemia de la COVID-19 no cuentan con un respaldo económico para costear insumos de sanidad y prevención o para comprar medicamentos.


Barreras de vacunación: 


  1. Tecnología: Hacer citas en línea fue una barrera por la falta de internet, el analfabetismo y el desconocimiento de cómo usar plataformas digitales.

  2. Distancia y movilización: Las largas distancias entre los lugares de residencia y los Centros de Vacunación o Unidad de Salud Comunitarias representó una barrera, por lo que las mujeres tenían que caminar o costear transporte.

  3. Ingresos económicos: Los bajos ingresos económicos de las mujeres rurales fue una limitación para movilizarse a centros de vacunación.

  4. Roles de género: La mayoría de las mujeres que enfermaron de la COVID-19 continuaron desarrollando tareas reproductivas en sus hogares. En el ámbito rural, los roles de género limitan el acceso a la salud de las mujeres. Ellas son cuidadoras de otras personas, pero no de sí mismas. 

  5. Creencias: Las mujeres rurales que aún no se han vacunado es por falta de información, creencias culturales y religiosas. Los discursos de líderes religiosos influyeron en la toma de decisión de las mujeres al momento de no vacunarse. 


Otros datos relevantes: 


  • Mujeres cuidadoras en la pandemia: La mayoría de las mujeres rurales contagiadas del virus tuvieron que continuar con las labores de cuidado y de trabajo en el hogar, como el cuido de la niñez, preparar la comida y realizar labores domésticas. También asumieron labores de cuidado hacia familiares que enfermaron. Esto influye en la propia valoración que las mujeres tienen de sí mismas, quienes se posicionan como las salvadoras capaces de soportar cualquier carga, inclusive, a costa de su propia vida, lo cual tiene un impacto en su salud, quienes nunca terminan de curarse.

  • El rol de los gobiernos locales fue relevante en acciones de prevención e información para las mujeres rurales. El acompañamiento de los promotores y promotoras de salud en el ámbito comunitario fue determinante para apoyar a las mujeres rurales a que hicieran sus citas y tuvieran información certera sobre la vacuna contra la COVID-19.


Recomendaciones: 


  1. Fortalecer la gobernanza local en materia de salud: Es necesario fortalecer la gobernanza local y su rol en la atención de asuntos sanitarios. Para ello, es importante destinar recursos públicos que les permitan ejecutar actividades de promoción social para el beneficio de sus comunidades.

  2. Habilitar centros de vacunación en el ámbito comunitario: Haber centralizado el proceso de vacunación, inicialmente, a centros de vacunación en las zonas urbanas representó una barrera de acceso a la vacunación. La habilitación hacia centros de salud comunitarios acercó la vacuna a las mujeres rurales. Por ello, la descentralización es necesaria, para garantizar que las mujeres rurales tengan mayor acceso a la vacunación.

  3. Aumentar la inversión del sistema de salud pública: La economía de las mujeres rurales que enfermaron de la COVID-19 fue afectada. El sistema público requiere más inversión para robustecer sus capacidades y garantizar la cobertura y acceso a la salud de poblaciones que actualmente quedan excluidas de los servicios, como las mujeres rurales.

  4. Promover y financiar políticas de cuidado: La pandemia hizo evidente la necesidad de promover y financiar políticas de cuidado, que deben contravenir los roles tradicionales de género e incluir a las mujeres como sujetas de cuidado cuando están enfermas.

  5. Disminuir la brecha digital con enfoque de género: Es necesario promover el acceso a la digitalización con una política con enfoque de género. Mientras se avanza, se requiere complementar las acciones digitales con métodos tradicionales de información (medios de comunicación tradicionales y promotores de salud).

  6. Implementar campañas informativas y la educación comunitaria: Es importante establecer campañas informativas orientas a la desmitificación, promoviendo información certera basada en la evidencia.

  7. Facilitar información pública actualizada y desagregada: Se recomienda al MINSAL proporcionar información actualizada y desagregada, ya que puede aportar a que otros sectores de la sociedad se sumen a la promoción del acceso igualitario a la vacunación.



El Estudio de Caso, ”Barreras y Acceso a Vacunación Covid-19 para Mujeres Rurales en El Salvador” pueden descargarse en www.elfuturodelaspandemias.org


Este Estudio forman parte del proyecto Vacunas y Desigualdades de Oxfam LAC, que a su vez forman parte de la alianza latinoamericana Vacunas para la Gente y la coalición global People’s Vaccine AlliancePara más información sobre este proyecto, por favor contactar a Maria Eugenia Luarca, Oficial de comunicación Vacunas y Desigualdades, Oxfam LAC: mariaeugenia.luarca@oxfam.org


Para entrevistas, contactar a Estela García, Gerente de comunicación del Programa de Oxfam en Centroamérica a estela.garcia@oxfam.org 


Para ver información actualizada por favor seguirnos en @Oxfam_es, @Oxfam_CA y @Vacunas_LAC


Puede descargar el Comunicado de Prensa en formato PDF aquí

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